En Cadereyta, Nuevo León, la política y el medio ambiente se encuentran en un punto crítico con la refinería de Pemex en el centro de la discusión. Si el PAN logra una victoria en las próximas elecciones, la continuidad de esta refinería se ve amenazada, según declaraciones de Xóchitl Gálvez, quien ha expresado su intención de cerrarla debido a su contribución a la contaminación en Monterrey. Esta posición, sumada a la aparente falta de atención del actual alcalde, Cosme Leal, a esta problemática, plantea una inquietud profunda sobre el futuro económico y ambiental de muchas familias en el municipio, que dependen de la refinería para su sustento.
La falta de acción o declaración por parte de Cosme Leal sobre la situación de la refinería contrasta significativamente con las voces que piden cambios urgentes para mejorar la calidad del aire en la región.
Esta inacción ha provocado preocupaciones entre los ciudadanos, quienes temen las repercusiones económicas y de salud pública de continuar operando la refinería sin cambios significativos en su impacto ambiental.
Por otro lado, Xóchitl Gálvez, representando a la alianza PAN-PRD-PRI, ha llevado el tema de la refinería a su campaña, argumentando la necesidad de cerrar temporalmente las instalaciones para realizar mejoras que reduzcan su impacto contaminante.
El debate sobre el futuro de la refinería resalta las tensiones entre el crecimiento industrial y la salud ambiental, un dilema que no es exclusivo de Cadereyta pero que aquí se siente con particular intensidad. La propuesta de Gálvez de cerrar la refinería, aunque sea temporalmente, ha generado un debate significativo sobre las mejores vías para conciliar las necesidades económicas de la población con la urgente necesidad de reducir la contaminación y sus efectos nocivos sobre la salud.